terça-feira, 4 de março de 2008
Mensagem de Rafael Correa, Presidente do Equador
Estimados compatriotas y comunidad internacional:
El gobierno colombiano, lejos de pedir disculpas por la alevosa agresión a nuestra soberanía, ha tenido la audacia de acusarnos de proteger a las Farc y pedirnos explicaciones. Mientras que hace apenas pocas horas, cuando pensaron que Ecuador iba a callar ante el ultraje a su soberanía, el Presidente Uribe agradecía al Presidente Correa y al pueblo ecuatoriano por su comprensión y colaboración en lo que ellos llaman la lucha antiterrorista, ahora tratan de decir que hemos colaborado con la guerrilla. Esta actitud solo puede ser calificada de canallesca. Más aún, el ministro de Defensa de Colombia, en otro comunicado oficial, manifiesta prácticamente que la culpa del ataque y del ultraje a nuestra soberanía la tiene Ecuador, pues según ellos no hemos colaborado suficientemente en su lucha antiterrorista. Ante estos nuevos agravios y ultrajes, a las 14h00 horas del día de hoy he ordenado la ruptura de relaciones con el Gobierno Colombiano, ya que no es posible mantener relaciones con un gobierno que tan burdamente atropella la decencia, la verdad y la soberanía de Estados amigos. Queremos diferenciar claramente entre el Gobierno del presidente Uribe y el pueblo colombiano, con el cual tenemos lazos de entrañable hermandad. Aquí tenemos cerca de 300.000 colombianos que pueden seguir sintiéndose como en su casa. Todos los colombianos sensatos entenderán que lo que ha hecho su gobierno es, sencillamente, inadmisible. Basta que se imaginen en nuestra situación para que lo entiendan: Además de ser agredidos, toda una cadena de infamias para distorsionar la verdad. La ruptura de relaciones, es un acto de dignidad y soberanía, pero queremos dejar claro que el país sigue su marcha. El SOTE ya se reparó, los efectos de las inundaciones en el país están bastante controlados, la reconstrucción vial continúa, incluso se acaban de abrir las ofertas para el cuarto puente sobre el río Babahoyo entre Guayaquil y Durán. Nuestra población puede seguir su vida cotidiana, sabiendo que hay un gobierno que sabrá defender al país. Hoy nos quieren involucrar con las Farc porque su campamento se encontraba en nuestro territorio, hoy hablan de supuestos santuarios en territorio ecuatoriano, mientras que en la propia Colombia, las Farc controlan vastas extensiones de territorio. Cuánto cinismo. Ellos saben que es imposible controlar dichos campamentos. Pese a ello, el esfuerzo que ha hecho Ecuador ha sido enorme: en el 2007 desmantelamos 47 campamentos de la Farc, mientras que desde el 2000 al 2006 solo se ubicaron trece. Eso demuestra la política soberana, digna y nacionalista de nuestro Gobierno, sin pretendidas doble morales. Todo contacto con la guerrilla ha sido por motivos humanitarios, junto con países como Francia. ¿Se le ocurriría entonces a alguien de acusar al Presidente Zarkosy de apoyar a las Farc? Incluso, lamento comunicarles que las conversaciones estaban bastante avanzadas para liberar en Ecuador a doce rehenes, entre ellos Ingrid Betancourt. Todo fue frustrado por las manos guerreristas y autoritarias. No podemos descartar que esta fue una de las motivaciones de la incursión y ataque por parte de los enemigos de la paz. Cabría preguntarse también qué busca el Gobierno de Uribe eliminando a Raúl Reyes en territorio ecuatoriano y luego inventando patrañas para vincularnos con las Farc. ¿Acaso el objetivo es desestabilizar a un gobierno que se ha negado a participar en el plan Colombia, e imponer también a un títere en Ecuador?
Pero no caigamos en la trampa de dar explicaciones, además de no merecerlas, NADA JUSTIFICA LA AGRESION.
Ecuatorianos:
El país no está solo en esto. La inmensa mayoría de Gobiernos latinoamericanos nos ha brindado su irrestricto apoyo, ya que este es un problema para toda la región. Ni en las horas más duras de América latina, ni con las guerrillas en Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Perú, Brasil, Argentina, Uruguay, etc., un gobierno se atrevió a regionalizar su conflicto. Esto es inédito, y sencillamente inadmisible. Los gobiernos de Latinoamérica sabrán cerrar filas y detener este nefasto precedente que ha intentado imponer el gobierno de Colombia, y que, repito, no puede ser justificado bajo ningún argumento. Es el momento de la unión nacional. Cualquier desavenencia la resolveremos al día siguiente de haber superado exitosamente esta nueva prueba que nos pone la historia, fruto de un gobierno que no conoce la palabra lealtad. A Colombia siempre le hemos declarado la paz, le hemos extendido la mano solidaria. Hemos sido traicionados. Sabemos que no es la traición de un pueblo, tan solo la traición de un gobierno.
Sabremos defender a la Patria.
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