"Querid@s amig@s:
Como lo destacaron ayer y lo siguen destacando hoy los medios de comunicación en toda América Latina, y como seguirán destacándolo por muchos años los estudiosos de la historia y de las relaciones internacionales y quienes nos negamos a perder la memoria, lo sucedido ayer en la reunión del Grupo de Río en Santo Domingo, fue un acontecimiento insólito, una gratísima sorpresa para América Latina y especialmente para los pueblos de Ecuador, Colombia, Venezuela y Nicaragua. Nadie esperaba que la reunión terminara con pedidos de disculpa, apretones de manos, abrazos y fraternidades. Pocos días antes, al término de la reunión de la OEA en Washington, convocada por el Ecuador, Insulza había declarado que "acercar posiciones" entre el Ecuador y Colombia tomaría mucho tiempo. La Declaración del Grupo de Río es mucho más fuerte y contundente que la Resolución que logró la OEA apenas unos días antes, que no pudo ser fiel a la reunión y recoger la condena expresada por todas las
delegaciones presentes (excepto la de Estados Unidos, claro) a la evidente y reconocida violación del territorio ecuatoriano por parte del gobierno colombiano.
Muchos factores contribuyeron a estos resultados. Uno de ellos, ciertamente y muy importante, la ausencia de Estados Unidos en la reunión y en el Grupo, dejando el asunto enteramente entre latinoamericanos y caribeños. Otro, la franqueza y frontalidad con que los presidentes de Ecuador y de Colombia pudieron decirse las cosas, cara a cara, sin mediadores ni medios distorsionadores. Otro, la apertura y renovada actitud de Chávez, que francamente nos sorprendió a todos con su sapiencia, su don de gentes, su conocimiento de la historia, su sentido del humor, su camaraderia; su rol fue decisivo en toda la reunión. Dio cátedra a los presentes y a quienes vimos todo esto por televisión, y hasta se permitió tararear una canción, homenajeando a Quisqueya y al pueblo dominicano. Y, como todos lo recalcan, el rol que jugó el presidente Leonel Fernández, anfitrión y facilitador de la reunión, que con sencillez, calidez y una sonrisa amistosa y permanente, logró que su llamado
final a los presidentes involucrados a abrazarse, tuviera acogida y se concretara. ¿No deberiamos postularlo para un Premio Nobel de la Paz?
Como ha escrito Fidel Castro ayer, al término de la Cumbre, aquí "el único perdedor es el imperialismo". El gobierno estadounidense, pieza clave de todo este conflicto, jamás contó en efecto con que la distensión pudiera llegar por la vía del diálogo, la argumentación razonada, la franqueza, la camaradería, la música, los abrazos, las manifestaciones espontáneas, antes que por la vía de la guerra militar y de la guerra mediática. Las declaraciones del vocero USA al término de la Cumbre no podían haber sido más elocuentes: sencillamente no supo qué decir, salvo repetir la cantaleta del apoyo incondicional y la guerra contra el terrorismo.
El conflicto no ha concluido, por cierto, ni concluirá mientras Colombia no logre resolver internamente su propio drama. Pero estamos hoy armados de nuevas esperanzas y de nuevos bríos para ayudar a que esto suceda, desde cada uno de nuestros países, sin involucrarnos directamente en el conflicto. Y orgullosos de ser latinoamericanos, y del modo caribeño de resolucion de conflictos.
Gracias al Presidente Fernández, al pueblo dominicano y a ustedes, de una ecuatoriana-latinoamericana que los quiere de corazón. Se ha demostrado que, como bien ha anticipado Juan Luis Guerra, en República Dominicana sí puede llover café.
Un fuerte abrazo, y feliz Día de la Mujer a todas ustedes.
Rosa Maria Torres
FRONESIS
Pedagogia, Comunicacion y Sociedad
http://www.fronesis.org
Ecuador: un país para amar, no para bombardear
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